Ciberpolítica o Política 2.0 |
Ciberpolítica es un término muy empleado en todo el mundo por
académicos que analizan la profundidad y finalidad del uso de Internet para el activismo político. Abarca todas las formas del software social, lo que incluye periodismo, búsqueda de fondos,
uso de blogs, construcción de organizaciones y voluntariado.
Los nuevos
medios de información y comunicación -como internet y las redes sociales- han cambiado
el ecosistema de información política. Hoy existen nuevos canales, más
información y de diferente índole, porque ésta fluye con mayor rapidez y porque
el consumidor también es generador de noticias, en su nuevo papel de
prosumidor: periodistas ciudadanos, inteligencia colectiva que se auto-organiza
para manifestarse o descubrir operaciones tendientes a manipular la opinión
pública o individuos que saltean las instituciones tradicionales para des-mediatizar
su conexión directa con los votantes son algunos de los efectos que producen.
En esta
convergencia entre los medios tradicionales y los nuevos medios, hay una
demanda de nuevas capacidades cognitivas por parte de los usuarios de
información. Las nuevas generaciones aprehenden rápidamente los nuevos códigos
de relacionamiento, porque este universo no les es novedoso, habiendo nacido o
crecido inmersos en él. Son los llamados ‘nativos digitales’ quienes, elección
tras elección, y por una obvia razón generacional, van ganando mayor volumen entre
el electorado año tras año.
Esto implica
mayores y nuevos esfuerzos por parte de los candidatos políticos: los flujos de
información política se multiplican, porque las esferas públicas también lo
hacen: la televisión, la radio y los diarios. Ahora ya no alcanzan la
vertiginosidad de los foros, blogs y redes sociales que proporciona internet,
canales que se alimentan de la voz y la acción de todo y de todos (políticos y
ciudadanos). Es necesario entonces intervenir con información, mensajes más
segmentados y con capacidad para administrar la conversación.
En los Estados
Unidos, internet es tan importante como los periódicos y tiene casi el doble de
importancia que la radio a la hora de informarse o involucrarse en política. El
fenómeno de Barack Obama es la evidencia que prueba que una campaña organizada
bajo el concepto 2.0, puede revolucionar la manera de hacer política y generar
adhesiones. También, en otras partes del mundo, como Alemania e incluso América
Latina, el concepto 2.0 va experimentando escenas primarias donde queda en evidencia
el impacto de estas nuevas herramientas de comunicación.
Las nuevas
generaciones están ganando volumen, elección tras elección, en el porcentaje de
la población que vota. Sus hábitos de consumo y lenguaje deben ser tenidos en
cuenta por los políticos que quieren acercarse, dialogar con ellos y obtener su
confianza y su voto.
Según un estudio
de Pew Internet & American Life Project sobre el uso de internet en las
elecciones norteamericanas de 2008, el 74% de los usuarios de la web –que
representan el 55% de la población adulta- utilizó Internet para involucrarse
en política o buscar información acerca de la elección. Otros datos que se
desprenden del estudio indican que:
- Uno de cada cinco usuarios de internet (18%) publicó algún comentario o participó con su opinión en periódicos online o blogs vinculados al debate político.
- El 45% de los usuarios de internet accedió online para ver algún video relacionado con la campaña o alguno de sus candidatos.
- Uno de cada tres usuarios de internet reenvió o compartió información y contenidos sobre política con otros usuarios.
- El 83% de los usuarios jóvenes entre 18 y 24 años poseen un perfil en alguna red social. Dos terceras partes de ellos tomaron parte en alguna discusión o se involucraron en alguna actividad política a través de esos sitios.
- Por la composición demográfica de los votantes, quienes seguían a Obama tenían más compromiso que los seguidores a McCain en la participación online (donar para la campaña, participar como voluntarios, dar a conocer sus opiniones, suscribirse a actividades) (2008).
En síntesis,
este estudio demuestra la importancia que ha adquirido internet dentro del
conjunto de medios que ofrece información política, al alcanzar en nivel de
penetración y consumo a los periódicos y casi duplicar a la radio como fuente
de información relativa a las elecciones que se llevaron a cabo en los Estados
Unidos. Este dato aumenta en la población de jóvenes adultos. Además, al
compararse el consumo de información de los medios tradicionales como la
televisión con el de los nuevos medios, este último se considera más profundo y
participativo: si bien el 70% eligió a la TV como un lugar de información
política, el mismo representa un canal pasivo cuya única acción posible es la
de encender y mirar la pantalla.
Acompañado
por un brillante equipo dirigido por David Plouffe, Barack Obama puso en marcha
un liderazgo 2.0 tras reconocer y comprender el nuevo contexto de comunicación
y las demandas de contenidos y espacios participativos de su electorado.
La
campaña del actual presidente de los Estados Unidos no solamente estuvo en el espacio
2.0, sino que la estrategia fue ser 2.0. Mientras otros candidatos construían
sus websites, posteaban sus videos en YouTube y creaban sus perfiles en redes
sociales como Facebook o MySpace, el equipo demócrata puso en marcha un
definido plan de acción que unía cuidadosamente las actividades de cada área
del organigrama de campaña para acercarse a sus electores, involucrándolos no
sólo con la información que ellos querían escuchar sino con actividades mucho más
comprometidas, como registrarse en el equipo de voluntarios o aportar fondos
para el financiamiento de la campaña.
El plan no
se basó en la puesta en marcha de nuevas tecnologías. El éxito radicó en
utilizarlas con sentido. Se trabajó motorizando actividades y difundiendo
contenidos de manera segmentada, según la geografía, temática y demografía. A
través de diferentes aplicaciones como my.barackobama.com o el programa
neighbor to neighbor canvassing, se pudo distribuir el trabajo de la gestión de
las actividades de campaña en subgrupos de militantes y referentes en cada estado,
lo que permitió administrar un mayor volumen de contactos.
Los
resultados fueron evidentes. Se recaudaron más de 618 millones de dólares (más
del doble que cualquier otro candidato en la historia de los Estados Unidos),
con contribuciones de más de 3.1 millones de personas en donaciones que en
promedio no superaban los 86 dólares, según la Federal Election Comision de los
Estados Unidos (2009). El ciudadano norteamericano se convirtió así en
partícipe del cambio, sintió el proyecto político como propio y se comprometió con
el mismo.
Ahora bien,
en Nicaragua la Política 2.0 o Ciberpolítica está en pleno desarrollo, pues
según las Estadísticas Mundiales de Internet (IWS por sus siglas en inglés), en
nuestro país sólo uno de cada diez nicaragüenses tiene acceso a internet, en
comparación con Estados Unidos donde al menos ocho por cada diez personas hacen
uso de la web.
Estas cifras
demuestran que en Nicaragua existe un 10.6 % equivalente a unos 600 mil
usuarios que se conectan en internet. Pese a esto, y que con seguridad seguirá
aumentando en grandes proporciones, los jóvenes predominan la web en nuestro
país, se encuentran más asociados a las páginas informativas, blogósfera y
redes sociales, y se mantienen al tanto del acontecer de su entorno.
Cada
político tiene un liderazgo local, regional o nacional, por lo que debe
aprovechar esta poderosa herramienta moderna para reforzar dicho liderazgo y
darse a conocer de una manera más eficaz entre sus seguidores, y así ganarse la
confianza y el voto de ellos mismos.
Cuenta de facebook de Roger Guevara, APRE |
Página Oficial de Fabio Gadea, PLI |
Cuenta de Arnoldo Alemán, PLC |
Página de Enrique Quiñonez, ALN |
Una de los sitios web de Daniel Ortega, FSLN |
Poco a poco,
Nicaragua se va adentrando en un mundo moderno, y su éxito depende de la manera
en que sus habitantes piensen y actúen. La Ciberpolítica por el momento es de
baja proporción, pero no hay duda de que en las próximas elecciones
(municipales 2014 y presidenciales 2016), la política 2.0 alcanzará niveles
mayores y servirá como base de comunicación entre políticos y ciudadanos, y una
fuerza de apoyo para una democratización contemporánea de nuestro país.
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